26 junio 2006

Una mujer espejo

Respirar. Una mujer espejo (Kimsooja), Palacio de Cristal
Hace unos días estuve en el Palacio de Cristal del Retiro en la exposición Respirar - Una mujer espejo de la artista coreana Kimsooja. Esta mujer, que ha hecho distintas performances por todo el mundo, ha cubierto las paredes de cristal del palacio con plásticos que descomponen la luz y el suelo con un espejo gigante, de manera que la estancia se llena de arco iris. Esta combinación de color; de reflejos de los demás, del cielo, de uno mismo y de música proporciona una sensación de bienestar desde el primer momento.

Nada más entrar, te regalan unos calcetines para no estropear el suelo. Como en una pista de patinaje, te quitas los zapatos, te colocas tus calcetines nuevos, y te lanzas a la pista… Dos claves fundamentales para que la experiencia resulte: el aforo, limitado a 25 personas, de manera que parece que estuás prácticamente solo; y el integrarse en la obra. Más que observar, te observas, te sientes fundido y mezclado con los juegos de luces y el sonido. Fue una forma de acercarme a mí misma: asomarme al espejo del suelo, sentirme en el aire, perdida en un sueño de arco iris, de luz y de sonido.

Me tumbé un rato y recordé la lámpara que tenía mi abuela en su dormitorio cuando yo era niña, formada de prismas que descomponían la luz, de la misma manera que estaba viendo en el palacio. Aquellos cristales proyectaban pequeños arco iris por las paredes de la habitación. Cuando se movía la lámpara, las luces jugaban y yo las seguía por las paredes. Aquella tarde regresé a aquellas noches de niña, a aquella habitación con arco iris, a la voz enérgica de mi abuela, a las risas cuando se acercaba a mí y me hacía cosquillas mientras que con los ojos sólo medio abiertos buscaba arco iris en las paredes.

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